Vivenciá tu silencio y sonido interior | Sanayama

Vivenciá tu silencio y sonido interior

Del silencio surge tu sonido, único y original y el sonido te lleva de regreso a tu silencio interior, que es instrumento de tu paz.

Todos los mitos de la creación sostienen que antes de ella había un gran silencio y que de ese silencio surgió el sonido primordial. La Biblia habla del Verbo[1], las culturas orientales se refieren al sonido del OM[2]; en las enseñanzas de los Lakota ese silencio original significa poner en marcha el movimiento[3]; en Egipto, la creación surge de la palabra del Dios Thot. 

Todos los seres estamos conectados con este silencio primordial y con su sonido y él nos acompaña en el camino de descubrir nuestro propio sonido y silencio interior. Llegar al silencio significa atravesar muchas interferencias, propias y del afuera. La mente lineal nos habla todo el tiempo del pasado y del futuro, se preocupa; el sonido de la calle, en el trabajo, en la casa, hay un entorno sonoro que también nos influye. 

El silencio es la semilla de gestación de nuestra mente creativa, activa su canto y a través de él no existe un tiempo lineal; sino el propio, el interno y es importante comenzar a reconocerlo.

Los momentos que preceden al sonido están llenos de silencio y de conexión con el corazón. Cuando comienza el sonido también hay silencios que se activan en su desarrollo y otros suceden al final y forman parte del mismo círculo.

“La música no se encuentra en las notas, sino en el silencio entre éstas”. 

Wolfgang Amadeus Mozart

A veces, el silencio puede resultar incómodo, misterioso y hasta puede dar miedo. Atravesar estos momentos, nos permiten aceptar el propio silencio y así poder escuchar sus sonidos.  

«Cuando tu silencio se pueda escuchar».

Patricia Sosa (Para amarte una vez más)

Ahí surge nuestro sonido interior, que después se va a manifestar externamente. Llegar al propio sonido es un camino hacia el conocimiento interior y el encuentro con uno mismo y desde allí, se pueden transformar los sonidos que llegan desde el exterior. 

Desde antes de nacer estamos conectados con el propio sonido y con el sonido externo; es un sentido prenatal. Los oídos son el primer órgano sensorial que se desarrolla al cuarto mes de gestación y así se escuchan, con una mayor amplificación, los conciertos del útero, el líquido amniótico, todo lo que pasa en el afuera y también se percibe lo que siente la madre. 

Si se presta atención, el cuerpo está lleno de sonidos, que surgen a través de la respiración, el latir del corazón, el paso de la sangre por las venas, el movimiento al caminar, entre otros. 

Pitágoras afirmaba que “cada cuerpo celestial, cada átomo, produce un sonido particular debido a su movimiento, ritmo o vibración. Es más, todos esos sonidos o vibraciones componen una armonía universal en la que cada elemento, sin perder su propia función y carácter, contribuye a la totalidad»

De esta forma, cada átomo, partícula y molécula está en constante vibración y tiene un pulso. El pulso crea ondas que los sentidos perciben como formas (físicas o etéreas). Todo lo que tiene pulso, onda y forma; es decir, todo lo que hay en el Universo, tiene un sonido. Cada órgano, célula, hueso, tejido, líquido de nuestro cuerpo y también, todo nuestro campo vibratorio (aura) tiene una frecuencia vibratoria. 

Todas las personas somos instrumentos, tenemos un timbre, una vibración, un tono, una nota, única e irrepetible, que se puede identificar en cada momento del día. Y así nos podemos preguntar: ¿cómo está mi instrumento?, ¿está afinado?, ¿está tenso o relajado?, ¿está subido de tono o en su afinación original? Cuando estamos fuera de tono, podemos reconocerlo y ajustar nuestro sonido y cuando estamos desafinados/as, es importante observar esas partes que todavía están en sombra y que necesitan llegar a la conciencia. Se pasa por estos estados en cada momento del día y en el transcurso de la vida; por eso, identificarlo requiere de una práctica constante.

Encontrar el propio sonido es una práctica de vaciarse y de profunda escucha interior, enraíza y nos mantiene en nuestro propio eje. Cuando nos expresamos desde nuestro sonido interior manifestamos nuestra luz, nuestro brillo y el color de la nota musical, que sólo nosotros podemos interpretar: Nuestra Esencia.

En Sanayama, te invitamos a conectar con el “Sonido de tu Cuenco” a través del Taller inicial sobre cuencos de cuarzo, donde podés entrenar su escucha, afinar la sintonía y conectar con tu nota única y original para llegar al silencio interior, que brinda mayor bienestar y conexión interna. 

Visitá nuestra agenda de actividades. Te esperamos. 


[1]. «En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios. Este era en el principio con Dios». Evangelio Según Juan 1-1:14.

[2]. Según el hinduismo, el OM es el sonido creador del universo y el principio de la existencia. 

[3]. Christine Stevens. La música como medicina, págs.181-2. Editorial Urano. 2012

Dirige Sanayama, Centro Integral para tu Alma, un espacio cálido y agradable, que te está esperando para acompañarte en tu proceso de estar en vos y hacer una pausa para tu alma.

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