Gabriela Vázquez | Sanayama

Gabriela Vázquez

Una pausa para tu alma.

¡El lunes empiezo! ¡cuando me jubile! ¡cuando ahorre más dinero! ¡cuando los chicos estén más grandes!… ¿Te-resuenan estas palabras? Más de una vez yo hice afirmaciones parecidas y por eso, hoy quiero contarte una historia…

Soy Gabriela Vázquez, viví en Bogotá, Colombia, desde el año 2000 hasta el año 2010 y en el año 2007 aproximadamente, conocí a un ser muy especial en el trabajo: un gran amigo colombiano, caleño de pura cepa, que se llamaba Alejandro Jaramillo. Ambos trabajábamos en proyectos de construcción de paz; acompañábamos a víctimas del conflicto armado y promovíamos proyectos de convivencia pacífica. En nuestros ratos de descanso compartíamos también otros sueños y pasiones: yo le contaba sobre la energía de los cristales, los cuencos de cuarzo y la joyería y él me contaba sobre las lecturas que hacía de cartas de ángeles y el reiki.

En un almuerzo Alejandro me dijo algo así: – Gaby ¿te gustaría compartir conmigo un espacio donde poner a disposición de otras personas estas herramientas de conocimiento interior y elevación de la conciencia que vos y yo experimentamos? Y siguió… – yo ya lo estoy planeando, tengo un nombre e inclusive tengo un logo registrado!: Se llama UNA PAUSA PARA TU ALMA. 

A mí me encantó la idea y le dije: – Sería genial que esa pausa incluyera un momento para compartir música y sonidos sagrados; tal vez una charla acompañada de un rico café o té y que fuera un lugar donde las personas se sintieran como en casa. A él le cerró mi propuesta y así nos despedimos. Yo estaba muy emocionada, porque esa conversación me traía la resonancia de un sueño, que ya me estaba vibrando desde tiempo atrás. 

Al otro día, Alejandro se descompensó en el lugar de trabajo y días más tarde falleció. La noticia nos impactó a todos y ahora que te cuento esta historia me vuelven las imágenes de aquel día: la desolación de recibir aquella noticia en el medio de una reunión de trabajo y un rato más tarde, estar sentada frente a mi escritorio sin poder reaccionar, con un mar de emociones encontradas, muchas preguntas y miles de respuestas que venían como ráfagas que no dejaban de resoplar… 

¿Y después? Después todo se calmó, la vida continuó y las historias de quienes coincidimos, en ese lugar y en ese tiempo, siguieron su camino…Sin embargo, ese halo permaneció latente en mí hasta este preciso momento en que vuelvo a recordar ese nombre que evoca el sueño de mi amigo y que resuena, también, con el sueño que, hoy, yo puedo hacer realidad. En esta ciudad, en el Barrio de Palermo, hay un lugar, cálido y agradable, que te está esperando para acompañarte en tu proceso de estar en vos y hacer una pausa para tu alma.  

Ese lugar es Sanayama, Centro Integral para tu Alma. Te doy la Bienvenida. 

Top